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Consejería de Educación. Junta de Extremadura

Los primeros hombres

Cuento shilluk  -África-

Los primeros hombres

 

 

                        Juok, el dios supremo, viajó al norte y allí encontró arcilla blanca con la que modeló a los europeos, a los árabes los hizo con arcilla rojiza, y a los africanos con barro negro.

 

            Juok se dijo:

 

            -Daré a los hombres piernas largas  para que cuando pesquen en las marismas anden como los flamencos, les daré brazos largos para que manejen una azada tal como  los monos manejan un palo, les daré boca para comer mijo y lengua para cantar,  y les daré ojos para ver lo que comen y orejas para oír las canciones.

 

El muchacho y el diablo

Cuento danés

El muchacho y el diablo

 

 

            Había una vez un muchacho que caminaba por un sendero cascando nueces. Acababa de cascar una cuando se encontró con el diablo.

 

            -¿Es verdad eso que dicen de que el diablo puede hacerse tan pequeño como quiera y pasar a través del agujero de una aguja? –le preguntó el muchacho.

            -Es verdad –respondió el diablo.

            -A ver, demuéstramelo y métete dentro de esta  nuez –propuso el muchacho.

 

            El diablo hizo lo que le pedía el jovenzuelo. Pero en cuanto se hubo introducido por el agujero hecho por un gusano, el muchacho lo tapó metiendo dentro un palito.

            -¡Ahora ya no te escapas! –exclamó metiéndose la nuez en el bolsillo.

 

            Después de haber andado un buen trecho, llegó a una fragua, entró y le pidió al herrero que hiciese el favor de partirle aquella nuez.

            -Sí, desde luego, no me costará mucho trabajo –respondió el herrero cogiendo el más pequeño de sus martillos.

            Puso la nuez sobre el yunque y le dio un martillazo, pero la nuez no se rompió. Entonces cogió un martillo más grande, pero aquél tampoco era lo bastante fuerte. Escogió otro más grande, pero tampoco le sirvió de nada. Entonces, el herrero perdió la paciencia y la golpeó con todas sus fuerzas.

 

            Y exclamó:

            -¡A ver si logro cascarte!

 

            Entonces la nuez se hizo pedazos. El yunque se partió por la mitad y se escuchó un estruendo tan grande como si hubiese estallado toda la herrería.

 

            -¡Anda que debía de estar el diablo dentro de esa  nuez! –dijo el herrero.

 

            -Ya lo creo que estaba –respondió divertido el muchacho.

 

El gusano de seda y la araña

El trabajo bien hecho

 

 

El gusano de seda y la araña

 

                  

                   Trabajando un gusano su capullo,

                   la araña, que tejía a toda prisa,

                   de esta suerte le habló con falsa risa,

                   muy propia de su orgullo:

 

                   “¿Qué dice de mi tela el señor gusano?

                   Esta mañana la empecé temprano,

                   y ya estará acabada al mediodía.

                   ¿Mire qué sutil es, mire qué bella!…”

 

                   El gusano con sorna respondía:

                   “Usted tiene razón, así sale ella”.

 

                   Se ha de considerar la calidad de la obra

                   y no el tiempo que se ha tardado en hacerla.

 

 

                                                                                  (Tomás de Iriarte)

 

 

Cualquier trabajo que tengamos que hacer –por pequeño o simple que sea- debemos hacerlo bien.

El lobo y el hombre

La arrogancia

 

El Lobo y el hombre    

 

         Un día el zorro ponderaba al lobo la fuerza del hombre: no había animal que le resistiera, y todos habían de valerse de la astucia para guardarse de él.

         A esto respondió el lobo:

         -Como tenga ocasión de encontrarme con un hombre, ¡vaya si arremeteré contra él!

         -Puedo ayudarte a encontrarlo –dijo el zorro-; ven mañana de madrugada y te mostraré uno.

 

         Presentóse el lobo temprano, y el zorro lo condujo al camino que todos los días seguía el cazador. Primeramente pasó un soldado licenciado, ya muy viejo.

         -¿Es eso un hombre? –preguntó el lobo.

         -No –respondió el zorro-, lo ha sido.

         Acercóse después un muchacho, que iba a la escuela.

         -¿Es eso un hombre?

         -No, lo será un día.

 

         Finalmente, llegó el cazador, la escopeta de dos cañones al hombro y el cuchillo de monte al cinto.

         Dijo el zorro al lobo:

         -¿Ves? ¡Eso es un hombre! Tú, atácalo si quieres, pero, lo que es yo, voy a ocultarme en mi madriguera.

         Cargó el lobo contra el hombre.

         El cazador al verlo dijo:

         -¡Lástima que no lleve la escopeta cargada con balas!

         Apuntándole, le disparó una perdigonada en la cara. El lobo arrugó intensamente el hocico, pero, sin asustarse, siguió derecho al adversario, el cual le disparó la segunda carga. Reprimiendo su dolor, el animal se arrojó contra el hombre, y entonces éste, desenvainando su reluciente cuchillo de monte, le asestó tres o cuatro cuchilladas, tales, que el lobo salió a escape, sangrando y aullando, y se fue a encontrar al zorro.

 

         -Bien, hermano lobo -le dijo éste-, ¿qué tal te ha ido con el hombre?

         -¡Ay! –respondió el lobo-, ¡yo no me imaginaba así la fuerza del hombre! Primero cogió un palo que llevaba al hombro, sopló en él y me echó algo en la cara que me produjo un fuerte escozor; luego volvió a soplar en el mismo bastón, y me pareció recibir en el hocico una descarga de rayos y granizo; y cuando ya estaba junto a él, se sacó del cuerpo una brillante costilla, y me produjo con ella tantas heridas, que por poco me quedo muerto sobre el terreno.

 

         -¡Ya estás viendo lo arrogante y mentecato que eres! –dijo el zorro-. Echas el hacha tan lejos, que luego no puedes ir a buscarla.

 

                                                                                     (Hermanos Grimm)

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Las lecturas en las aulas

   

 

 

    Desde el mes de septiembre, en todas las aulas de Educación Primaria estamos leyendo una lectura diaria de poca extensión que nos está permitiendo disfrutar el escuchar, tanto cuentos clásicos como cuentos tradicionales de los cinco continentes.

    Quince minutos, como máximo, de lectura diaria por parte del maestro /a correspondiente mezclados con otras sesiones realizadas por los propios alumnos /as permiten desarrollar una faceta nueva de nuestro Proyecto de Animación Lectora.

 

 

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Atrévete a entrar en el mundo de las lecturas infantiles.

  enlace

 

 

 

 

              Aprovechamos las lecturas que nos ofrece la Web de la Asesoría de Primaria del C.P.R. de Mérida para completar las obtenidas  por los libros que estamos adquiriendo para la Sección de Padres / Maestr@s de nuestra Biblioteca Escolar y que recomendamos como lectura en nuestra Web.